sábado, 4 de agosto de 2018





 Pero tú, Señor, eres mi escudo protector, eres mi gloria, eres quien me reanima. A gritos pido ayuda al Señor y él me contesta desde su monte santo. Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar, porque el Señor me da su apoyo.  No me asusta ese enorme ejército que me rodea dispuesto a atacarme. 
Salmos 3:3‭-‬6

No hay comentarios:

Publicar un comentario